Mi barrio querido de Cipreses, donde compartí gran parte de mi niñez y adolescencia durante los años 60s. Hubo un tiempo en que acostumbraba a ir los fines de semana con José Calvo y mi tocayo Mario Araya a cantar la misa del padre Jorge Fuentes Martínez. También motivábamos a otros jóvenes de la comunidad y lo hicimos tan bien (modestia aparte) que ya en los años 70 eran ellos los encargados de esas actividades religiosas.

 Había buena semilla musical en Cipreses. Recuerdo el grupo conformado por los hermanos Rafael, Marcos, Isabel, Marielos, Liliana y Flory Durán Fonseca. Ya traían en su ADN la semilla musical heredada de su padre, don Lorenzo Durán Artavia, integrante del famoso Mariachi La Guaria. En 73, Rafael, Marcos Durán y Erick Chinchilla conformaron un trío que aún hoy ameniza fiestas y serenatas (garantía de calidad, pueden llamarlos y les dicen que los recomendé yo. 8313-5198).

Mi querido Cipreses. Uno de los barrios históricos del distrito del Centro. Los dos kilómetros que lo separan de Curridabat centro conforme pasan los años se van haciendo más cortos. Dicen que su nombre se debe a la gran cantidad de cipreses que había en la finca de “Quincho” Páez, donde hoy está la UACA. Entre algunas familias pioneras están los Durán, que ya mencioné, los Vargas, los Fernández, los Fonseca.

Llegaron también familias de Paraíso y otros lugares de Cartago para atender las fincas cafetaleras. Doña Marta Barquero y su esposo Rodolfo “Chito” Aguilar recopilaron en un hermoso libro la historia de Cipreses. Está disponible en la Biblioteca Municipal. Aunque está donde está, aunque la marca del desarrollo ha dejado su huella, yo todavía disfruto caminar de Curridabat a Cipreses. Subir la cuesta y a medida que voy subiendo, miro la plaza, la iglesia, la escuela… me sumerjo en los recuerdos y hasta siento que regreso al pasado.

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