Una cuadrilla de la empresa Servicios Múltilples Varsán S.A. ya está trabajando en las reparaciones del templo católico en el centro de Curridabat, el trabajo se inició con una intervención profunda de las losas del techo, se trata de la remoción de repellos viejos y material de impermeabilizaciones anteriores que ya están vencidas o que no fueron bien aplicadas, así como remplazo de canoas y la aplicación de impermeabilizantes nuevos con materiales modernos y más resistentes.
Esta primera etapa tiene un costo de ¢ 25 millones que tiende al alza debido a que con el avance van apareciendo sorpresa que obligan a la atención inmediata de problemas que no son perceptibles a simple vista, se ha programado que esta parte permita concluir la reparación del techo y la pintura de la fachada del templo.
El templo dedicado a San Antonio de Padua es famoso por su belleza arquitectónica y fue abierto en 1926 por lo que se espera que para su centenario esté concluida su restauración total, para ello los grupos pastorales trabajan comandados por el párroco Luis Guillén en procura de otros ¢ 125 millones que permitirán completarla.
De a poquitos y con la ayuda de todo el pueblo van reuniendo los fondos. El templo requiere el cambio del sistema eléctrico, restauración de los frescos y vitrales repellos exteriores, así como pintura total.
La próxima actividad para colaborar con esta causa será el llamado Baile de la ALEGRIA, tendrá lugar el próximo viernes 21 de febrero en el Club Pepers, el valor de la entrada es de5,000 colones y del baile la entrada le permitirá participar de varias rifas y sorpresas. Las entradas se pueden comprar con los servidores de la parroquia.

¿Por qué y para qué restaurar el templo parroquial?
Por de Fabio Muñoz.
El curridabatense debe identificarse con la iniciativa de restaurar el templo, esta joya arquitectónica, porque es la casa de Dios donde oramos, donde nos bautizaron, donde recibimos los sacramentos y nos van a despedir después de concluir nuestros días terrenales. Es un compromiso de las actuales generaciones porque es un templo que distingue la idiosincrasia de nuestros abuelos que decidieron construirlo en tiempos difíciles como las guerras mundiales, terremotos, la depresión económica y con una población campesina con muy pocos obreros y recursos.
Nuestros abuelos aportaron dinero, su fuerza de trabajo voluntario, productos agrícolas y lo recaudado en los turnos parroquiales.
La evangelización de Curridabat se ubica entre 1570 y 1575, la iniciaron los franciscanos en un rancho pajizo en tiempo del Rey de España Carlos Segundo. En 1776 Curridabat es consagrada parroquia y comenzó a peregrinar por los caminos de Dios en procura de mejorar las edificaciones que sirvieron de templo.
Con grandes limitaciones, en 1838 los feligreses vieron su sueño hecho realidad con un templo. Luego, en 1841, con órdenes expresas de Braulio Carrillo, se construyó un templo que fue destruido ese mismo año. La Comunidad parroquial se animó a construir otro y fue en 1910 nuevamente que un terremoto lo destruye.
Entre 1920 y 1922 el inmueble viejo fue demolido totalmente. Sobre esas ruinas comenzó a levantarse un nuevo templo gracias a los ímpetus del padre hacemos Palacio, procedente de España, fundamental fue el protagonismo del arquitecto Teórico Quirós, quien diseñó los planos y él mismo se dedicó a supervisar la obra.
La fachada principal se inauguró en 1926, el edificio completo fue concluido en 1933. El actual templo es un símbolo del esfuerzo de nuestros abuelos, es una obra monumental levantada por el pueblo con sus propias manos, más que un edificio, más que un lugar religioso, el templo de Curridabat es un símbolo del fervor, del entusiasmo, del esfuerzo y tenacidad de un pueblo sencillo, agradecido con las bendiciones emanadas por el altísimo.
Desde el punto de vista cultural, histórico y patrimonial, el curridabatense está en deuda con la restauración de este de esta joya arquitectónica. Desde el punto de vista religioso está en deuda con Dios porque es su casa, la casa donde reforzamos y vivimos nuestra fe.
