(Por Jeffrey Navarro) En El Prado se encontraba o donde Chiflado; había que buscarlo en el estadio o bien recordarlo en la gradería apoyando al querido Municipal Curridabat; recorrer las calles de nuestro pueblo, pasar por el taller de Martiniano, jugando futbol, corriendo, en fin recordarlo caminando por todo el pueblo, saludando a quienes se encontraba. Una sonrisa, un gesto sincero, amable, cordial. Le preguntabas que quería comer y siempre respondía: “Lígalo, Chubicho o Momongo” y con gin por supuesto.

Se fue un ángel al cielo y sé que allá están contentos aunque aquí en la tierra te echamos de menos… pero no solo te echa de menos una familia, una madre, unos hermanos, “Cito”, te echa de menos todo un pueblo, un cantón, una ciudad,

He forzado a mi alma para rogarle a Dios que en su cielo te deje vivir. Aquí sentimos tristeza por tu partida pero estás en nuestros recuerdos, en nuestros corazones; tu esencia no dejará de existir, siempre serás parte de nuestras vidas.

Adiós amigo, cuida a nuestro cantón, a nuestro pueblo. Me dio gusto haberte conocido; no hay palabras para despedirte, sin que recorra una lagrima por mi mejilla. Gracias por todos los momentos que compartimos y mil gracias por haber sido parte de un pueblo. Nunca olvidaremos tu sonrisa, tus anécdotas, tus salidas, ni tu forma de ser tan alegre de vivir, tu recuerdo permanece en todos y cada uno de los corazones de los habitantes de Curridabat.

El cielo de nuestro pueblo se tornó gris ese 10 de febrero de 2013. Ahora sé que estar no es ser visto, sino ser sentido, que crean en ti. Yo sé que no es justo, que tú querías vivir y todos dábamos por hecho que así sería. Fue mucho o poco lo que dimos, esperamos tal vez demasiado, empezamos tarde…o temprano, pero ese manto negro nos enseñó cuán equivocados podemos estar.


Gracias por todos esos momentos tan especiales, Gracias por enseñarnos lo que nadie más pudo: el valor de la vida, la amistad, la sinceridad, la lucha diaria, donde disfrutamos de tu inteligencia, tus cosas, como solo tú lo podías hacer, porque es  increíble como siempre nos hacías sonreír, incluso cuando creí imposible hacerlo, cuando no pensé que lo haría. Así hiciste mucho más que cualquier doctor del mundo

Gracias, porque luchaste. Ahora nos toca a nosotros, “Cito”, nos toca recordarte, por quien fuiste. Hoy estas mejor, ¿verdad? Y que mejor que eso…No era esto lo que buscábamos exactamente, pero se dio.

Lograste en tus años de vida lo que muchos no logran ni en 90 años. Enseñaste a todos a valorar, a querer, a madurar… pero sobretodo, a vivir.

No nos despedimos porque siempre seguirás con nosotros. Con todos los que te queremos. Danos fuerzas, “Cito”, las necesitamos. Sobre todo a tu familia, dale ese consuelo que solo tu logras brindarle. Hazles saber que no los has dejado, que no lo harás nunca. Diles que estás mejor, que todo ahí es grandioso. Que tampoco te cuesta sonreír, que es lo mejor que sabes hacer. Cuéntale cuán maravilloso es todo ahí.

Gracias “Cito”, gracias amigo, gracias hermano, gracias, Dios te bendiga.

Atentamente:
Curridabat, tu pueblo…

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.