Este texto de salud fue escrito por MSc. Priscilla Marín Cordero de la Oficina de Salud Integral de la Municipalidad de Curridabat, quién es Salubrista Público y Nutricionista (CPN 1794.14).

Nota del editor.

Uno de los principios más importantes en la vida es la gratitud. Ser agradecido tiene efectos directos en la calidad de vida y en el modo en que percibimos el mundo. Consiste en centrarse en las cosas buenas de nuestras vidas y reflexionar sobre lo afortunados que somos.

Sentir gratitud libera distintas hormonas en nuestro cerebro, una de ellas es la serotonina, que es  la hormona de la felicidad.

Los niños que aprenden a agradecer, tienen mayores posibilidades de alcanzar el éxito escolar y desarrollan buenas relaciones interpersonales. Además, se convierten en personas con mayor claridad mental y actitud abierta ante la vida. La gratitud funciona como un imán para las oportunidades ya que nos permite ver mas posibilidades, refuerza nuestra capacidad para aprender y tomar buenas desiciones.

Pasamos tiempo sufriendo por una cosa u otra enojados o resentidos… Sin embargo, si nos detenemos junto a la naturaleza y admiramos un simple jardín o un árbol, conseguiremos contemplar con claridad y agradecer por las cosas simples de la vida.

Ser agradecido es una elección. Uno es quien elige en cada momento, ser o no ser una persona agradecida. Al inicio debe hacerse de forma consciente, pero luego se desarrolla el hábito y se empieza a hacer de forma automática. Cada uno de nosotros debe encontrar sus propias formas de sentir y desarrollar su gratitud, podemos empezar con una frase como: “Estoy agradecido por… respirar, amar, tener una familia, tener una mascota, vivir, soñar, tener un parque cerca, entre otras cosas…”

En los últimos años se ha descubierto mucho con respecto a cómo la gratitud puede afectar y cambiar la calidad de vida de las personas. Un estudio realizado en el 2016 en Perú con 300 estudiantes con edades entre 20 y 30 años se encontró que a mayores niveles de gratitud los estudiantes mostraron mayores niveles de felicidad. Otro estudio llevado a cabo en España en el 2017, encontró que ser agradecido es un buen predictor de satisfacción con la vida.

Para entender ese efecto positivo en la mente, es necesario explicar el efecto de la oxitocina, una sustancia química producida por el hipotálamo en el cerebro que es la base de la satisfacción y de la autoestima. Esta hormona es responsable del placer y de la sensación de bienestar y se segrega en el cerebro cada vez que tenemos pensamientos de gratitud.

A medida que la vida nos enseña lecciones, tendemos a crecer, no sólo intelectualmente, sino también emocionalmente. Existen momentos en los que parece imposible sentir o estar agradecido por el dolor, sufrimiento o tristeza vivida, sin embargo todo en la vida tiene un propósito. En la mayoria de las veces, no entendemos nuestras experiencias dolorosas en el  momento en el que las vivimos, pero si mantenemos un pensamiento positivo y agradecido, lograremos ver con mas claridad y ser agradecidos por las lecciones que aprendemos de cada situación que vivimos.

Ser agradecido también evita que nos quejemos constantemente o que nos centremos en lo que no tenemos.

Lo invito a profundizar sobre esta práctica y empezar a incluir la gratitud como una forma de vivir, y así recibir todos los beneficios de ésta práctica tan saludable para su bienestar integral.

Por Carlos Andrés Madrigal

Periodista Digital en La Nación, colaborador en el Monitor de Curridabat desde 2016. Publicaciones en medios como Semanario Universidad, Repretel, Central de Radios, The Tico Times y más. Licenciado en Periodismo con énfasis social. Siga mis trabajos en carlosandresmadrigal.wordpress.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.