Tras su regreso a Curridabat después de aprovechar una beca de estudios, el  Alcalde Edgar Mora comentó sobre sus planes inmediatos y a mediano plazo. Confirmó que no tiene intenciones de reelegirse en las elecciones municipales de 2016 y advirtió que los partidos políticos en Curridabat deben optar por reforzar la autonomía territorial, que es una de las premisas de la ciudadanía curridabatense.

Para empezar, recordemos a nuestros lectores que había estado haciendo el Alcalde durante el último año.
Había sido invitado para realizar una Maestría en Administración Pública en la Escuela de Gobierno de Harvard y además, la Universidad me dio una beca completa que pagó mi estadía y mis estudios, lo cual implicó que a la Municipalidad esto no le costara ni un cinco.

¿Cómo beneficia o va a beneficiar ese conocimiento a Curridabat?
Debo reconocer que el mayor mérito por el que esa Universidad tan importante me invitó a ser parte de su comunidad es casualmente por el trabajo que ya habíamos hecho en Curridabat. Es muy bonito darse cuenta que unos ojos tan grandes como esos se pueden fijar en una ciudad tan pequeña como esta y eso habla bien de la comunidad, de la manera en que hemos organizado la política acá, de nuestra visión de autonomía como pueblo y finalmente habla bien de la Alcaldía. Eso refuerza una cosa que siempre he dicho, que una cosa es ser Alcalde y otra es ser Alcalde de Curridabat. No fue ningún otro alcalde del país, ni de Centroamérica, ni de América Latina… es más, ni del mundo, porque ese año yo era el único Alcalde en toda la Universidad que hubiera sido invitado.

Hubo algunos momentos en que se rumoraba en que usted no iba a seguir en la Alcaldía. ¿Qué planes tiene ahora?
Los rumores no son problema del objeto del rumor sino de quién los produce. Desafortunadamente es muy difícil hacer la epidemiología para saber quién fue el que lanzó el rumor, pero normalmente no tienen una buena intención. Por supuesto que estoy aquí porque es muy excepcional que una comunidad acepte, tolere y apoye de una figura electa algo como lo que yo hice este año. Y cuando vine en diciembre eso fue lo que percibí, gente diciendo «¿cuánto te falta? ¿Seis meses? Bueno, aquí estamos, en vez de un reproche, de una recriminación, de un aprovechamiento. Entonces tengo un profundo agradecimiento con eso, y ese agradecimiento debería manifestarse de dos maneras: Una, con la voluntad mía de terminar mi periodo y dos, con la intención muy limpia de mi parte de que lo que haya adquirido como conocimiento me trascienda y se convierta en un bien público.

¿Entonces, cuáles son sus intenciones de trabajo para lo que resta de su periodo?
Yo creo que Curridabat Siglo XXI sabe hacer las cosas. Nosotros tenemos una visión de un cantón que tiene que ser próspero y que tiene que desarrollar a la población, que tiene que producir experiencias bondadosas, buenas, productivas y agradables para la población. Nuestro foco es el ciudadano, no la política. Entonces, la primera cosa es esa: el conocimiento que ya tenemos adquirido no hay por qué desecharlo por mi nueva experiencia, porque casualmente fue todo ese conocimiento el que me llevó a Harvard. Lo otro que es importante de señalar es que la lejanía no es un buen lugar para planear porque este es un proyecto local. Reconozco que muchos de los planes que van a orientar la gestión política y local fueron diseñados con diversos miembros de la comunidad, fueron aprobados y están vigentes y no habría que esperar cambios dramáticos.
Sí podemos esperar énfasis distintos. Tenemos que reforzar la idea de que somos un gobierno territorial, no un gobierno sectorial que ve las cosas en silos. Voy a poner un ejemplo. Hoy fui al Viceministerio de Desarrollo Social y me reuní con la nueva Viceministra, Ana Josefina Güell y la reflexión fue respecto de esto: tenemos un edificio nuevo que va a cumplir las funciones para un Cecudi, que llaman, un Centro de Cuido Infantil, en Santa Teresita, en Tirrases. A raíz de un «barrido» que hicimos junto con el IMAS en la zona de influencia de esa unidad física que es el Cecudi, valoraron a 80 familias, de las cuales solo 27 califican dentro de los parámetros que el Estado ha definido para designar recursos. Pero nosotros sabemos que todos los demás tienen la misma condición y comparten el mismo lugar, lo cual significa que comparten la misma cantidad de riesgo, pero por estas definiciones burocráticas, que hace que a la gente se les vea en silos, como en cajones, quedan excluidos.
Entonces a  nosotros lo que nos parece es que este es un gobierno local que tiene una situación privilegiada porque tiene una visión completamente  diferente. Primero, no es un gobierno local pedigüeño que anda viendo a ver cómo le dan partidas específicas, que esos son costumbres que vienen con los partidos tradicionales, esa es la manera en que se gobierna en otros lugares. Nosotros estamos dispuestos a colaborar, a coordinar, pero necesitamos que se vea la problemática que tenemos en su justa medida. ¿Cómo se va a dejar por fuera a gente que por un pelín no califica como pobre aunque vivan en un lugar pobre, aunque sean pobres, y aunque necesiten el servicio aunque no sean pobres? El criterio debería ser que a ese Cecudi vayan quienes lo ocupen y quienes vivan cerca y lo ocupan, no por pobre, sino porque la madre trabaja, porque no tiene con quien dejar el chico… Ese debería ser el criterio para gobernar la ciudad, no con el criterio de que esta plata viene destinada a esta población y esta otra para tal cosa… Con ese criterio se generan grandes arbitrariedades y se producen grandes disonancias en la comunidad, hay demasiados perdedores, mucha gente queda aplastada en la bisagra, entre una cosa y otra.

¿Y qué respuesta percibió de parte de la viceministra?
La mejor voluntad, el entendimiento de lo que estamos hablando. Pero no hay práctica. No sabemos cómo hacerlo porque el gobierno tiene que aprender a distinguir que cuando tiene como socio al gobierno local, el gobierno local no debería supeditarse a sus metodologías sino por el contrario, los recursos del gobierno nacional deberían supeditarse a las necesidades territoriales que tiene la ciudadanía de un cantón porque es la única manera de afectar la calidad de vida del ciudadano. Esto lo enmarco en la pregunta, ¿qué viene para estos meses? Lo que viene es más de esto. Aclaro, esto viene reforzado porque no son ideas ni nuevas pero que tenemos una nueva energía y disposición porque hay una confirmación, casualmente, de que esto es lo que deben hacer los gobiernos locales no solo en Costa Rica, sino en todo el mundo.

¿Cómo ve entonces la coordinación con el gobierno?
A este es un gobierno al que todos queremos ayudarle para que le vaya bien. Hay una gran voluntad de todos los sectores, económicos, la prensa, políticos, muy diversos, que nos hemos unido en la voluntad de que al gobierno le vaya bien. Curridabat puede aportar la experiencia como gobernantes locales. La experiencia es real, ha sido eficaz porque ha sido refrendada por la misma población en distintas oportunidades y además es reconocida en muchas esferas, locales, nacionales e internacionales. Por ejemplo, esta buena noticia de que la reforma al Plan Regulador de Curridabat ganó un premio mundial que es otorgado la asociación de urbanistas más prestigiosa del mundo como el mejor plan de una ciudad de este año, refleja una experiencia que es muy urgente en el resto del país, de cómo se hace un plan regulador que sea menos costoso de hacer, mejor hecho, con mayor participación del ciudadano y además, creando capacidad en la propia Municipalidad para llevarlo adelante. Estas son experiencias que con mucho esfuerzo y no poco riesgo hemos llevado adelante en Curridabat y las podemos poner al servicio del resto de la comunidad nacional.

¿Cómo podrían afectar las elecciones municipales de febrero de 2016 a todos estos planes de trabajo?
Las elecciones entrañan un riesgo importante. Curridabat Siglo XXI tiene mayoría en el Concejo Municipal y supongo que este y el próximo año serán años en que esta mayoría tendrá una importancia particular. Es muy probable que por razones de puro cálculo electoral no encontremos en los otros partidos la capacidad de asociarse con nosotros para decir que sí a las cosas que más le interesan a la población. Dichosamente podríamos seguir generando política pública a partir de esa mayoría.

¿Piensa reelegirse?  
No. Y no porque crea que mi capital electoral esté vacío. No lo creo. Sino porque las ciudades, las comunidades requieren de dos cosas importantes: diversidad, convivencia en esa diversidad y cambio. Y lo que creo es que las autoridades locales deben cambiar.

¿Y cómo ve el escenario político con nuevos actores, con un PAC más fuerte, Frente Amplio también más fuerte, Liberación más debilitado…?
Liberación nunca ha sido un buen socio para el desarrollo local en Curridabat. Quiero aclarar una cosa. Nosotros hemos tenido buenas relaciones con todos los gobiernos nacionales no importa el signo del que hayan sido; pero a nivel local Liberación nunca ha entendido las bondades de una buena relación con Curridabat Siglo XXI y no ha tenido líderes locales con visión; la visión local ha sido obtusa, poco productiva. Así que el surgimiento de nuevos actores seguramente tendrá beneficios para le cantón. Y Curridabat Siglo XXI no es un partido que quiera convertir en hegemonía la mayor simpatía del votante que efectivamente tiene. Es decir, siempre hemos tenido las puertas abiertas a generar alianzas y momentos de convivencia con otras fuerzas políticas en beneficio de la comunidad, porque nuestro propósito no es hacer política, es hacer comunidad.

Ahora mencionó que no considera que su capital electoral esté agotado. ¿Qué planes tiene? Hay mucha gente, desde amigos hasta rivales políticos que le ven postulándose a diputado?
Bueno, mucha gente lo dice. El que no lo dice soy yo. El único puesto público que a mi me gusta y me gustaría desempeñar es el de ser alcalde. Cuando dicen o cuando lanzan «es que va para diputado» hay un reconocimiento de que yo podría ser diputado, o que podría ser algo más. No creo que no tenga méritos para ser diputado, pero a mi no me gusta. A mí me gusta ser Alcalde y me va a ser difícil dejar de ser Alcalde. Es un trabajo hermoso que recomiendo a quien quiera servir con nobleza a su comunidad. Es un trabajo duro, complejo, pero posiblemente, cualquier persona que con amor pase por aquí, confirmará que es el mejor trabajo del mundo. Soy feliz siendo alcalde, he sido feliz siendo alcalde y siendo alcalde de este lugar. Esa es mi vida política.
Ahora, como mejor ciudadano en que me he convertido después de ser Alcalde, buscaré la mejor manera de contribuir, aquí o donde sea que esté, con la absoluta comprensión de que ese epicentro donde uno tiene la vida, que es la ciudad, que es su barrio, que es su casa tiene que ser bueno, tiene que ser noble, que le produzca buenas experiencias con los demás. Entonces, lo que si advierto es que donde sea que me encuentre, siempre voy a proponer y voy a buscar que ese lugar sea bueno y sea virtuoso para los que viven ahí y los que lo acompañan a uno en la vida.

¿Entonces que planes tiene una vez finalizado su periodo? ¿Asesorar a otras Alcadías o municipalidades? ¿Vincularse a alguna organización de gobiernos locales?
Bueno, Harvard me ofreció la semana pasada mantenerme afiliado a un centro de investigación. Esto me permitiría mantener el desarrollo de unos proyectos académicos y de investigación que ya un poco tarde en la vida he empezado. Es decir que yo no tengo una carrera académica, pero hay una propuesta que en el marco de Harvard ha sido considerada exitosa que tiene que ver con descubrir maneras de gobernar ciudades que se basen en la premisa de que el ciudadano debe ser el centro de la estrategia y para eso deberíamos de estar creando mecanismos de comprensión del fenómeno social y político local y además instrumentos para gobernar ciudades sin pedir prestados instrumentos a los gobiernos nacionales. O sea, es creando gobiernos locales para que favorezcan al ciudadano y no como ahora que prestamos más un servicio al gobierno nacional, a los partidos políticos y al capital corporativo, pero menos al ciudadano. Por ejemplo, los partidos políticos crían a sus camadas en los gobiernos locales y eso es una grosería porque la gente necesita que el político local deje de estar pensando que esto es un escalón para ir más allá. No hace falta. El trabajo es suficientemente bonito y retribuye lo suficiente para que se deje de estar prestando ese servicio a los partidos políticos nacionales.

Entonces los partidos políticos nacionales tienen que empezar a redimensionar su estructura local….
En una estructura local para el desarrollo local.

¿Se va a ver eso en las próximas elecciones?
No. Eso va a tomar mucho tiempo. Es más, eso no pasa en ninguna parte del mundo. O sea, en todo lado del mundo es la misma historia pero eso tiene que cambiar y a mi me gustaría dedicarme a eso. A mí el futuro no me preocupa, no estoy aquí preocupado por crear algo para mí futuro. Así que eso no es una preocupación personal, es una preocupación de ciudadano. Hay que crear mecanismos en los gobiernos locales, porque el gobierno local, es el único gobierno preocupado de la calidad de vida de los habitantes. Los gobiernos nacionales sirven para otra cosa, podrían darse dos o tres respuestas: Seguridad, fronteras, visas, migración, macroeconomía…  no sé qué más, porque todo lo demás podría no ser. Pero no sirven para mucho más. Y por supuesto no para generar calidad de vida. Vea lo que pasa con los Cecudis. Cuando los gobiernos nacionales son operadores de una solución local lo que hacen es crear una nueva injusticia, porque para favorecer a una población, desfavorecen a otra, aunque compartan la misma condición, aunque compartan el mismo barrio y los mismos riesgos de vivir ahí, unos si se favorecen y otros no. Eso es el gobierno nacional haciendo sus tonterías, haciendo sus pinitos de querer gobernar para tener clientela, ¿Para quién? Para los partidos políticos.

Dice usted que la propuesta de Curridabat ha estado centrada en el ciudadano. ¿Cómo caracteriza usted al ciudadano curridabatense?
Por supuesto no hay un único ciudadano curridabatense, pero hay algunas señas inequívocas de que aquí sucede algo congruente. Una de ellas es que la visión política que tiene el ciudadano común en Curridabat está más relacionada con el desarrollo local y con la convivencia que con la alimentación de fuerzas políticas nacionales. Es decir, aquí cualquier partido, nuevo o viejo, que quiera favorecer su estructura movilizando a la población local va a encontrar serias dificultades, porque a la población local lo que le interesa es su desarrollo, no la fuerza del partido A, B o C. Eso lo percibo y cualquier análisis estadístico de la forma en que el ciudadano curridabatense ha ido modificando su visión política a raíz de las elecciones refleja una correlación favorable hacia la autonomía.

Es decir, ¿quien quiera hacer política en Curridabat tiene que hacer política orientada hacia el desarrollo local?
Así es. Y si lo hace, deberíamos de no temer quién gobierne. Quiero decir, los partidos nacionales en Curridabat, y esa es una correlación de lo que mencioné, deberían esforzarse de que el próximo Concejo Municipal y la próxima Alcaldía estén compuestos por gente verdaderamente capaz, que refleje esta autonomía. Por la mejor gente posible, no por el más listo ni más puñalero, ni el más chismoso, como ha sido tradición. Veo que hay partidos que recogieron a los chismosos y a los perdedores, y a la gente que hace daño por hacer daño. Hay partidos que no son tan viejos que empezaron a recoger gente vieja y en la de menos se están equivocando. Deberían de aprovechar su nuevo escenario y su nuevo ímpetu para realmente aportarle a la comunidad gente de muy alta calidad personal y por supuesto, eso no incluye ni a los resentidos, ni a los chismosos. Esos deberían quedarse por fuera porque esos en cualquier lado hacen daño, en cualquier partido.

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